Me llamo P., P. Páncreas.

- Queridos niños, hoy os voy a hablar de un pequeño ser que revolotea noche tras noche entre las bocas de otras madres que acunan con cuentos a sus hijos, y...

- ¡¿Memo, dejaste tu hacha en la silla en la que estoy sentado...?!
- ¡A COLLAR SE HA DIXO! - dijo Tía Pepa desde las cañerías. Se saco una raspa de pescado de la boca y continuó - si hay más interrupciones os prometo que atasco los grifos. 
Presos del miedo, algunos dejaron de respirar. Otros se pusieron morados. Se oyó una sonrisa complacida y Tía Pepa continuó su relato:
- "Como os iba diciendo, esta es la historia de un niño singular. En su nacimiento le pusieron Pepe. Pero por dificultades gramaticales derivó en Paco, lo que derivó en Pedro, lo que derivó en Peter. Aquel pequeñajo vivía en Las Vegas y, tras un despiste de su madre, el niño volcó de su carrito, atraído por las luces de neón de un pequeño establecimiento llamado "Nunca Jamás saldrás". El niño encontró en su viaje hasta la acera de en frente a una compañera de singulares rasgos y exóticas ropas. Se hacía llamar Campanilla, aunque todos sabian que en realidad su nombre era La dueña del casino de Nunca Jamás saldrás. 
Sí, amigos míos, no tenía nombre real.
El pequeño niño llegó al fin al raro establecimiento, como un pequeño país colado entre multitud de tiendas colmadas de souvenirs y parejas casándose el son de Elvis Prestley. Allí permaneció un tiempo. Se convenció así mismo de que aquello era lo mejor que le había pasado en la vida. Vestía un traje verde y blandía una vara negra con la que se defendía de borrachines e individuos no gratos que acudían al local. 
Llegó a la conlusión de que no quería que acabara jamás, así que tomó hormonas para no crecer. 
Un día cualquiera vio por televisión a una tal Wendy que anunciaba artículos de relojería por televisión.
- Se lo aseguro, Rolex de verdad - decía - si no queda satisfecho se lo volveremos a asegurar.

Peter quedó prendado de Wendy...

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(No penséis que me burlo de Peter Pan, por favor. Sólo he tomado prestada la historia ;) )

... ¿os ha tocado el gordo?

"¿A que no sabéis qué? Cuando cumplí doce años me reencontré con Fofo; fue muy emotivo. Él me hincó las uñas por la espalda, yo le tiré del rabo.

Resultó ser capricho del destino que se de su vida él hubiese sacado su potencial. Se dedicaba al mundo del espectáculo, vendiendo cupones junto a un tal Rancio, o Rancho... ah, Pancho. El caso es que el tío listo dirigía su propio programa de televisión (entre todo esto, os preguntaréis como demonios hablaba yo con Fofo; hasta la fecha, yo también me lo he estado preguntando).

Y pasó lo inevitable: él preguntó, yo dudé, dije que sí... y fui la estrella del programa.

A los trece me echó por "abuso de poder" y "poca educación". Lo que hay que oír por montar sobre unas cuántas cámaras y perder los beneficios de unos dos... tres días, quizás...

Volví al colegio. Pero cual fue mi sorpresa cuando me encontré con que la Hulk había vuelto por allí (era la secretaria), Pablito salía con María de los Marianos y mi nuevo profesor de plástica era un tirano. No os preocupéis, en un par de días lo volví a colocar todo en su sitio (excepto, quizás, lo que sucedió con el pelo de la Hulk cuando me vió entrar a secretaría... espero que se pudiese teñir el pelo blanco...).

Al año siguiente cumplí los catorce e hice una lista de todo lo que no me habíais regalado en los últimos años. Por eso me decidí escribiros esta carta, para que viérais que, sin vosotros, también se sobrevive, majos, que no tenéis cara ni para que se os caiga de la vergüenza.

Que yo quería un poni y vosotros teníais tres camellos, egoístas ¬¬

Así que, venga majos, este año no os voy a pedir nada; os regalo yo un bono de entrada a mi casa para que encontéis la lista, apañaos, que sois unos apañaos...

P.D: Por cierto, no me ha tocado el gordo. ¿Y a vosotros? ¬¬"


Para que veáis que yo no cuento mentiras, tralará (8), aquí dejo la última parte de la carta a los Reyes Magos. ¿Sabéis quién la ha escrito? 

Peter Páncreas, que tomó hormonas para no crecer y se pegó la sombra con chinchetas.


Súper P.D: ¿Os ha tocado la loto? A mí, no ¬¬


Eso...

¿No has sentido nunca esa sensación de querer saber si alguien ha pensado alguna vez lo mismo que tú? ¿Si tu idea es única, irrepetible y primeriza? ¿De si esa cierta persona se asemeja, tiene afinación contigo?

¿Y has sentido alguna vez el bombeo acelerado y agitado del corazón al llegar a la conclusión de que nunca tendremos una respuesta adecuada a nuestros interrogantes?
Amelie botaba piedras en el suelo, yo escribo sinceramente, pensando, quizás no tan pensando ni reflexionando, ni correctamente... en un rinconcito. 
¿Te imaginas a tí mismo tomando una copa de zumo de ciruela en un bar peculiar y remoto en Francia? ¿No te gustaría vivir otras vidas por el mero impulso de la curiosisad? ¡Vamos, piénsalo! ¡Reflexiona sobre ello! ¿Es que acaso no ha cruzado por tu mente la sensación de que "esto ya lo ha hecho alguien"? Sería genial poder saborear todos los sabores en esta vida, pero, ¡ah! En esa cuestión radica la gracia de susodicha; nunca podremos degustarlos todos, siempre habrán algunos extinguidos, y otros por inventar... 
Nunca estaremos seguros de lo que pensamos. Ya sean pensamientos absurdos, estúpidos, extraños, comunes... podrían ser el eco de lo ya pensado por otro. Quién sabe. Nadie conoce al ser humano en perfección, así que... tendremos que aguantarnos y confiar en que la imaginación nos sirva todos los sabores que queramos degustar en esta vida. O todos los que nos permita.

En esas ocasiones, a mí me encantaría no encontrar a nadie. Nadie en absoluto. Sería precioso saber que eres el primer - y quizás último - ser que ha maquinado una idea en su mente y que se ha preguntado si es el único que ha pensado eso...


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Próxima vez será. La carta de los Reyes ha de esperar, tenía más ganas de escribir este minicachode cosita que ha cruzado mi cabeza...


Queridos Reyes Magos...

... estos años me he portado mal, realmente mal; he sido una niña mala.

Os explicaré que ha sido de mi vida desde la última vez que nos carteamos, amiguis...
A los ocho años me regalásteis a Fofo, mi gato (que en paz descanse), como ya bien sabréis, cuyo cuenco y cuya correa os olvidásteis y tuvimos que comprar. A veces parecéis humanos y todo...
Pues bien, días después de haber estrenado a Fofo decidí que a lo mejor se sentía solo. Le busqué una amiguita y los metí a los dos en una cajita bien mona, con corazoncines y todo, para crear ambiente.
Bien, pues después de esto me percaté de que me habíais traído a un gato defectuoso; se comió a la amiguita que le había buscado (tendríais que haberlo traído con instrucciones, yo no sabía que los gatos comían caracoles).
Unos meses después Fofo se escapó. No le gustaban las citas.
A los tiernos y puñeteros nueve años descubrí que no existíais; gamberros, engañar a los niños para que crean que no existís y cargarlo a la cuenta corriente de sus padres está muy, pero que muy feo. Pero tranquilos, yo creo en vosotros (aunque seáis más malos que el cagar).
Un poco después decidí contárselo a los demás nenes del cole. Para que supieran la verdad, y eso, que ya me los imaginaba en vela esperándoos, los pobreticos... 
Cuando María de los Marianos se echó a llorar y Pablito me intimidó para que me callase (sólo llegó a meterse el dedo en la nariz y sacarse... los mocos), la seño llamó a mis padres y me quedé toda la semana sin colegio. No lo consideré un castigo, esa semana fue realmente provechosa; averigué de donde salían los niños.
Así que, trotando, trotando, a los nueve meses concí a mi hermanito. Mi madre le llamó Pablito, por mi abuelo, dijo; también hizo notar que era un orgullo tener un niño llamado como su abuelo, alguien tan distinguido.
Yo sólo esperé que no se sacara los mocos como el Pablito de mi clase.
Mis diez añitos llegaron, y con ella mis primeras grandes gamberradas: le tiré la pintura verde en plástica a mi profe (durante aquellos geniales días la llamamos la hulk. Pobre, espero que no dimitiera por eso, que malos son los niños); a mi primer novio le mandé cartas-amenazas porque descabezó a mis barbies; le pegue los cigarrillos a mi padre al cenicero (el cenicero acabó en el suelo, con los cigarrillos pegados y hecho añicos);...
Os seguiria contando, pero tengo que hablaros de mis once años... 
Esta etapa de mi vida no fue demasiado interesante, pasemos a los doce.

Y a los doce pasaremos en le próxima vez que nos veamos.
¿De quién creéis que es esta carta? :D

Os presento a mi familia.

Vaya, vaya... ¿Qué haces tú por aquí? 

¿Leer? ¿Buscar? ¿Encontrar?
¡Dá-dáaa! Seguro que esto es lo que querías hacer/tener/encontrar. No importa lo que en realidad buscases; esto te va a gustar.
Yo escribo un blog, ¿sabes? Es molón, y puedes hacerlo de lo que quieras.
¿Que de qué lo hago en concreto? Eso deberás descubrirlo tú :O
... pero si quieres te voy presentando  a la familia.




Este es Memo, el conejo diabólico de la calle Dora-hemón. La acortaremos llamándola Dora.
Nadie sabe de dónde vino ni que pretende hacer en este mundo, simplemente aparació.
Algunos hablan sobre instintos asesinos, pero otros discrepan: creen que quizás sus desproporcionadas orejas sean la causa de algún pequñín trastorno.

Pero realmente, sólo conocemos algo de él, un vicio; le gusta cortar cabezas.

Dicen que un día de whiskis se cortó los pies sin querer...

Tiene un gran bolsillo mágico en el que guarda...

 - ¿Alguien sabe lo que guarda?
- ¿Y tú, que crees que esconde?





Aquí tenemos a TV. Arrodillaos y suplicadle piedad para que no nos castigue con un zapping contínuo...

La encontraron cerca de la basura un aburrido día de verano, la llevaron a casa, la enchufaron y les dijo: Te Veo.
Desde entonces le guardan culto cómo Dios todopoderoso (Cómo a todo Dios deben escucharle durante unas horas al día. TV les manda señales, sobretodo, desde los anuncios).
Quién sabe, quizás la trajeron los extraterrestres a la Tierra y se la dejaron olvidada...


¿Queréis conocer al resto de los miembros de la familia?

Aquí os-no presento a mi tía Pepa. Vive en el fregadero.
Ella es la cabeza de familia; manda a todos, aunque no ve a nadie; como de todo, aunque no sabe lo que es; es la única que no ve-nera a TV, ella piensa que es mejor escuchar a los extraterrestres.

Mi tía Pepa es especial :3
Un día quiso rodar una película autobibliografia, pero pusimos el vídeo y se veía todo negro.
Cosas que pasan, que se le va a hacer.
Y por supuesto, nadie la ha visto nunca. 

A continuación os enseñaré a Oliver. 
Oliver es el payaso violinista de la calle Dora; vino el año pasado hasta nuestro vecindario, y 
desde entonces se ha estado paseando por las calles, con una gran y triste sonrisa roja - que no 
ojos tristes.
Algunas veces se le ve con Memo. Pocas se le ha visto hablar; cuando lo ha hecho ha sido para pedir la hora. 
¿Para qué le sirve la hora a un triste/feliz payaso violinista con manos mancas? Quién sabe... él es bohémio. Quizás se alimenta del tiempo del 
resto de seres y pinta humo por las calles; no sería extraño en este vecindario.


Y, en fin... queda mucho por descubrir, mucho por ver, mucho por leer.
Nos vemos.

 Bohemia.



Mis cucos

Frase de mañana :)

"Si el día tuviera cuarenta y ocho horas, pasaríamos veinticuatro durmiendo".